Cómo utilizar los cambios de una bicicleta

No tienes que sacarte un carnet de conducir como si de un coche se tratase, pero sí es importante que conozcas los usos de los cambios de una bicicleta para poder utilizarlos de forma adecuada y, de esta forma, puedas disfrutar más de tus rodadas. A lo largo de este artículo te contaremos cómo utilizar los cambios de una bicicleta, independientemente del tipo que sea.

Para qué sirven los cambios

La función principal que tienen los cambios de una bicicleta es colocar la cadena de la misma en una relación de velocidades que permita un pedaleo eficiente en relación con las condiciones del terreno por el que estemos circulando. En este punto forman una dupla imprescindible la cadencia y la resistencia. La cadencia es el ritmo o la velocidad del pedaleo, es decir, tendremos una cadencia adecuada cuando estemos pedaleando a un ritmo en el que no estemos involucrando demasiado esfuerzo y podamos avanzar eficientemente. 

Los cambios permitirán seleccionar las velocidades suaves o bajas para ayudarnos a mantener un pedaleo eficiente en subidas o elegir velocidades altas o duras para acelerar en superficies planas o incluso en bajadas. 

Características del sistema de cambios

Por lo general, podemos agrupar los mecanismos en dos grupos, los externos y lo internos. Los cambios externos, además de ser los más comunes en la actualidad, utilizan mecanismos conocidos como desviadores para posicionar la cadena y engranarla en el plato y piñón que se quiera. Por su parte, los cambios internos se encuentran con mayor frecuencia en bicicletas urbanas y de cicloturismo y contienen un reductor de velocidad.

Para entender cómo usar las marchas de la bicicleta conviene conocer sus partes. En primer lugar, tenemos los platos, que son los discos dentados unidos a los pedales. Los piñones son los discos dentados que van en la rueda trasera y suelen ser más que los platos y, al igual que estos, van desde los más pequeños a los más grandes. A continuación, los desviadores son las piezas que permiten mover la cadena entre platos y piñones para alterar las velocidades y su función es la de ajustar la posición de la cadena a voluntad del ciclista. Finalmente están las velocidades, es decir, todas las combinaciones que se dan entre los ajustes de los platos y los ajustes de los piñones. Por ejemplo, si una bicicleta tiene tres platos y cinco piñones, en teoría, deberá tener 15 velocidades diferentes.

¿Cómo ajustamos la velocidad de la bicicleta?

Los grupos mecánicos tienen una o dos palancas en cada mando y, al accionarlas, tiramos o soltamos el cable metálico que va dentro de la funda. Este cable tira del cambio trasero o delantero para subir plato o piñones y lo suelta para bajar. Por su parte, en los cambios electrónicos, una señal eléctrica acciona el motor del cambio delantero o trasero al pulsar los botones del mando izquierdo o derecho. 

Por lo general, al subir cuestas es preciso utilizar el plato y el piñón intermedio. Esta combinación lo que hace es reducir la cadencia y, por ende nuestro esfuerzo será mejor y la consecuencia directa será un pedaleo más suave. Por el contrario, para circular por un terreno plano y a mayor velocidad, utilizaremos el plato más grande y el piñón más pequeño. Esto permite una gran cadencia, es decir, muchas revoluciones al pedalear y así el ciclista podrá ir más rápido.

¿Cómo hacer un buen uso de los cambios?

Lo primero en lo que deberemos prestar atención a la velocidad con la que empecemos. Normalmente, los ciclistas principiantes tienden a aumentar la velocidad, pero solo deberemos subirla si el terreno nos lo demanda. Los especialistas recomiendan utilizar velocidades altas en terrenos planos y reservar las de menor cadencia para las subidas.

Además, también es recomendable bajar la velocidad antes de frenar, para que a la hora de proseguir la marcha no sea tan duro para el usuario. No obstante, todos los expertos están de acuerdo en que para aprender a cambiar las marchas es necesario subirse a la bici y buscar una ruta sencilla que tenga diferentes terrenos. De esta forma, te acostumbrarás a los mandos de cambio, podrás probar las marchas y sentir las sensaciones que te dan los diferentes terrenos según su marcha. En definitiva, cuanto más tiempo pases pedaleando, más seguro te sentirás a la hora de cambiar las marchas.

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