Mecanismo de una bicicleta: así funciona

17 de marzo de 2023

Se podría decir que aprender a montar en bicicleta es uno de los grandes hitos en la vida de un niño. Según los expertos, la edad indicada oscila entre los cuatro y los cinco años, ya que los niños ya han adquirido las habilidades motoras necesarias para mantener el equilibrio. Para muchos de estos niños, montar en bicicleta puede parecer una mezcla entre magia y equilibrio, sin embargo, su funcionamiento va mucho más allá

Las bicicletas se encargan de convertir la energía de nuestro pedaleo en energía cinética y para entender cómo funciona, debemos comenzar por el principio: se trata de un mecanismo de piñón y cadena. Estos dos elementos se ubican en el disco metálico sobre el que se sitúan los pies y hacen que la bicicleta adquiera un perfil más de máquina que de simple objeto: es un dispositivo capaz de aumentar la fuerza o la velocidad gracias a la ley de conservación de la energía. Esta norma indica que no se puede crear energía de la nada ni hacer que desaparezca, pero lo que sí se puede hacer es convertirla de una a otra. 

En este artículo nos sumergiremos en los engranajes de una bicicleta para entender cómo funciona su mecanismo.

El marco

Es lo que vemos de un primer vistazo. El cuadro de la bicicleta consiste en una serie de materiales diseñados en dos formas triangulares que distribuyen el peso del conductor entre las ruedas delanteras y las traseras. El asiento está situado hacia la rueda trasera, lo que permite que el ciclista se pueda inclinar hacia adelante para agarrar el manillar. Precisamente, este manillar se une a un eje que se encuentra sobre una parte del marco asegurando al eje en la rueda delantera y poder girarlo así en la dirección que se desee. 

Ruedas 

Su funcionamiento parece de lo más simple: giran alrededor de un eje y son las que impulsan al ciclista hacia adelante cuando pedalea, pero en su interior son complejas. Las ruedas suelen tener una circunferencia más grande que la de los coches, de al menos 20 pulgadas de ancho. Eso significa que cuanto más altas son las ruedas, mayor es la velocidad cuando las ruedas giran sobre su eje. Además, aquellas que están reforzadas por radios interiores soportan el peso del piloto. 

Engranajes y velocidad

De uno a 30 engranajes tienen las bicicletas: pequeños piñones con dientes unidos a la rueda trasera de la bicicleta a través de una cadena, que son los encargados de permitir al ciclista ir más rápido en carreteras rectas o cambiar el engranaje cuando tenga que pedalear cuesta arriba. Aunque esto nos resulte complicado de entender, es bastante común que digamos que se nos ha estropeado la bicicleta porque “la cadena se nos ha salido”. 

En este ecosistema de múltiples cables y elementos llaman la atención otros como la biela. Su función principal es la de unir el plato o corona con el pedal. Este elemento conduce la fuerza realizada a la hora de pedalear emitida por el ciclista sobre el pedal. 

Por su parte, el plato o la corona, también conocido como engranaje delantero, es una rueda que va en el sistema de transmisión y se comunica con el pedal mediante la biela y también gracias a la cadena. 

En el caso de los pedales, que son los elementos en los que apoyamos los pies para darnos impulso y hacer que la bicicleta avance, están conectados al mecanismo de la bicicleta a través de los engranajes. 

En el momento en el que se cambian los engranajes, se obliga a la cadena a moverse a la rueda mientras cambia la velocidad de pedaleo. 

Sistema de frenado

Como hemos visto hasta el momento, hay varios tipos de frenos en las bicicletas. Para detener una bicicleta con fricción debemos apretar una palanca para activar el sistema de frenado. Esta palanca tira de un cable tenso cuando se aprieta, lo que hace que la pinza de freno se cierre y presione las pastillas de freno de goma en el borde de la rueda. Con el paso del tiempo este sistema de frenada ha ido mejorando, ya que las bicicletas antiguas de una sola marcha requerían que el conductor empujara los pedales hacia atrás para detener la bicicleta. 

Es por ello por lo que el mecanismo de transmisión de una bicicleta es un conjunto de elementos que llevan a cabo el desplazamiento de la misma. De esta forma, son precisamente estos elementos los que pueden operar con la clave fundamental que proporciona fuerza y movimiento, es decir, el ser humano. La bicicleta necesita un impulso, y este impulso viene en forma de la presión y fuerza que ejercemos las personas cuando nos subimos en ellas y logramos el movimiento deseado.

En definitiva, aunque a priori parezca algo sencillo, el mecanismo de una bicicleta es mucho más complejo de lo que pensamos. La evolución y la demanda de este tipo de transporte han hecho que poco a poco mejoren sus características y se adapten al día a día de cada persona. Así lo podemos ver en los múltiples tipos de bicicletas que existen hoy en día destinadas a un sinfín de actividades, como pueden ser las bicicletas de montaña o incluso las más novedosas: las eléctricas. 

Bicihack

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