Cómo elegir una bicicleta de gravel: Guía de compra

El Gravel es una disciplina cada vez más creciente en Europa que nació en Estados Unidos. Se trata de combinar las carreteras, caminos, pistas y montañas con un espíritu indomable. A pesar de que a priori una bicicleta de este estilo es similar a la de ciclocross, requiere menos exigencia a nivel físico y técnico y tiene a su favor múltiples elementos distintivos que garantizan la máxima polivalencia y una gran comodidad, además de una gran resistencia. 

Esta disciplina ha experimentado un despegue en ventas sin precedentes, al llevar por bandera su versatilidad, que se ha convertido en el principal reclamo de compra para muchos ciclistas. Existen múltiples aspectos que diferencian las bicicletas de gravel de otras y en las próximas líneas te mostraremos paso por paso cuáles son los aspectos más destacados en los que has de fijarte a la hora de comprar una bicicleta de gravel este año.

Tipo de recorrido

Teniendo en cuenta todos estos detalles, a la hora de definir cómo tiene que ser tu bicicleta debes tener claro el tipo de recorrido que vas a realizar. Así, si tus rutas tendrán un importante porcentaje de asfalto, tu bicicleta deberá tener neumáticos con ancho más reducido; pero si vas a rodar la mayor parte del tiempo por carretera, los sistemas de suspensión u otras soluciones no serán tan importantes. De esta decisión dependerá la elección de la geometría. Si la mayor parte de tus rutas discurren por pistas sencillas, una geometría parecida a la de una bicicleta de carretera es lo mejor. 

Material del cuadro

Una vez decidido el tipo de recorrido, debemos echar un vistazo a la estructura externa de nuestra bicicleta y eso supone distinguir los materiales de cuadro. El carbono es el que presenta mejor relación entre peso, rigidez y resistencia, pero también el más caro. Es el material ideal para aquellos ciclistas que quieran tener una bicicleta ligera y cómoda con la que entrenarse a pleno rendimiento en cualquier tipo de superficie. Una bicicleta de gravel con cuadro de carbono ronda los 9 kilogramos en los modelos más exclusivos.

 Por su parte, el aluminio es la alternativa económica al carbono y asegura rigidez y resistencia para estas bicicletas. En los últimos años, la tecnología en aluminio ha evolucionado mucho y, además de ahorrar, sufrirás menos cuando tu bicicleta comience a mostrar golpes. Con este material el peso de la bicicleta subiría hasta casi los 10 kilogramos. Finalmente, el acero es el material con el que surgieron las primeras bicicletas de gravel a inicios de la década pasada. Se caracteriza por ser resistente, duradero y de bajo mantenimiento y precio. Es una de las opciones más práctica para moverse tanto por carretera como por caminos sin asfaltar. 

Diseño y geometría

Continuando con su estructura externa, el diseño de una bicicleta de gravel suele tener medidas y ángulos más relajados que los de otro tipo de disciplina. Entre los más populares podemos diferenciar el gravel Racing, pensado para el rendimiento y entrenamientos de alta intensidad; el de gravel de aventura, más enfocado al cicloturismo, con un ángulo de dirección que se mantiene o incluso se relaja con respecto a la anterior y el gravel para bikepacking. Este último diseño es ideal para largos viajes, generalmente fabricada en acero con un diseño y geometría de una bicicleta de carretera clásica, pero con cambios. Con el bikepacking prima la comodidad y estabilidad por encima de todo. 

Neumáticos

A la hora de fijar nuestra vista en los neumáticos, son tres los parámetros relevantes. En el diámetro, actualmente se usan dos estándares de rueda: 700c, el usado en bicicletas de carretera y ciclocross, recomendado para recorridos poco técnicos o 650B, que se adapta mejor a senderos y tramos más técnicos. En cuanto al ancho del neumático, los montajes actuales de gravel adoptan anchos desde 35 a 40 milímetros, pero hay casos excepcionales. Por último, el dibujo ofrece una disposición similar a las de los neumáticos de ciclocross. En este tipo existen varias opciones, desde las configuraciones con tacos pequeños y numerosos, para esas rutas más rodadoras o menos numerosos y separados para terreno más inestable.

En definitiva, si tus rutas están más cerca de la carretera con un peso de rueda que tolere hasta 40 milímetros tendrás de sobra; pero si lo que quieres es subir la adrenalina, una rueda más ancha te permitirá rodar con más confort. 

La presión de los neumáticos es otro aspecto relevante. Normalmente será rígida y son las ruedas las que ayudarán a absorber las irregularidades del terreno, pero una menor o mayor presión de inflado puede marcar la diferencia. Lo mejor es ceñirse a la recomendación del fabricante. 

Suspensión

Para tomar esta decisión, conviene saber que hay modelos que combinan el cuadro de aluminio con horquilla de carbono. Esta mezcla aligera el peso de la bicicleta y se aprovecha de las propiedades flexoras y absorbentes del carbono para disminuir las vibraciones del terreno. No obstante, por otro lado, también existen las horquillas de suspensión específicas para gravel; con recorridos limitados a 40 milímetros. 

¿Bicicleta de gravel eléctrica?

Sí, lo has leído bien. Las bicicletas e-gravel disponen de pedaleo asistido que han ido heredando la tecnología aplicada en bicicletas de carretera o de montaña eléctricas y poseen ya diseños muy avanzados. De hecho, cuentan con baterías integradas dentro del cuadro y una autonomía media que oscila entre los 80 y los 100 kilómetros con una sola carga.

En definitiva, estos son algunas incógnitas que tendrás que ir descifrando a la hora de comprar una bicicleta de gravel. No se trata de elegir la bicicleta de gravel perfecta, sino la más adecuada a tu forma de entender el ciclismo.