Cómo Elegir un Casco para montar en Bicicleta

La seguridad es vital y más si somos conscientes de que el riesgo de lesiones en caso de caída de la bicicleta se reduce hasta un 85% si el ciclista lleva puesto el casco. No se trata de un complemento más, es el elemento indispensable a la hora de montarte en tu bicicleta, al igual que el cinturón cuando vas a conducir. 

Lo cierto es que no son datos en vano, ya que la Organización Mundial de la Salud en su “World report on road traffic injury prevention” alerta de lo relevante que es el uso del casco al montar en bicicleta, motocicleta u otro transporte de este estilo, ya que reduce un 63% lesiones en la cabeza y un 86% pérdida del conocimiento. Es por ello por lo que consideramos que esta decisión tan importante debe seguir unos pasos que te ofrecemos a continuación.

Talla del casco

La combinación de todos estos factores determinará la decisión de compra y, para ello, deberemos prestar atención, en primer lugar, a la talla del casco. Esta depende de las marcas y del tipo de casco que se esté buscando, pero la mejor manera de saber cuál sería el casco perfecto es midiendo la circunferencia de la cabeza. Para ello necesitarás  una cinta métrica colocada en la frente que da la vuelta a la cabeza hasta llegar al mismo punto que iniciaste. 

A pesar de que es importante la previsión, una misma talla puede servir para distintas medidas, por ello al ponernos el casco debemos ajustarlo con la rueda que se encuentra en la parte posterior. En ciertos modelos, esta rueda no solo incide en la zona occipital, sino que también ajusta el perímetro de la cabeza a través de un cordón que recorre la base interna del mismo. El casco debe estar bien sujeto, pero no apretado, ya que puede causarnos dolor de cabeza. 

Ventilación

Otro de los factores determinantes a la hora de escoger el mejor casco para nosotros es la ventilación. Para tomar esta decisión será importante conocer el terreno en el que nos moveremos, ya que, si es ciclismo de montaña, la ventilación suele funcionar bien a velocidades bajas; en comparación con el ciclismo de carretera, que los orificios están pensados para ofrecer una ventilación óptima a medida que se aumente la velocidad.

Sistema de retención y protección

En los últimos años, las mejores marcas de cascos han introducido tecnologías que aportan más seguridad. El sistema de retención está condicionado por el regulador del casco en la nuca y el cierre delantero bajo la barbilla. Uno de los sistemas más novedosos es el que responde a las siglas MIPS (Multi-Directional Impact Protection System), que se puede traducir como Sistema de protección de impactos multidireccional. Se trata de un sistema que está diseñado para proteger la frente de los impactos que se puedan dar en nuestro recorrido. 

De esta forma, la capa interna del MIPS se ajustará a la cabeza y se moverá con ella en caso de impacto, mientras el casco gira en otra dirección para asumir parte de las fuerzas del impacto. Una de las características más notables es que también protege de los impactos que pueden causar lesiones a nivel cerebral. 

Tejido textil 

No se trata de algo meramente estético, es lo que recubre el interior del casco. Normalmente suele contar con recambios, así podremos mantener una buena higiene de nuestro material. La ergonomía será fundamental para que nuestro casco se pueda adaptar a la forma de la cabeza. Este hecho permitirá que además de ir seguros, podamos ir cómodos.

Peso del casco y visera

No necesitamos un complemento que pese más que nuestra cabeza o que nos genere alguna lesión en las cervicales. Este asunto es de vital importancia en el ciclismo de competición. Normalmente, un casco en torno a los 300gr puede ser una buena inversión. 

En cuanto a la visera, puede ser desmontable o no, sobre todo porque servirá para protegernos del sol, mitigar el impacto de ramas en la cara o evitar que la lluvia caiga directamente sobre las gafas. 

Tipos de cascos

Existen infinidad de tipos de cascos con características específicas que permiten un desarrollo óptimo de esta disciplina. A rasgos generales, destacamos tres grupos:

Bonus: un dato que desconocías

Como todos los materiales deportivos, los cascos también tienen fecha de caducidad. De hecho, deberían cambiarse cada cuatro o cinco años después de su primer uso, ya que después de cierto tiempo los materiales con los que están fabricados se pueden ir desgastando. Además, el sudor, la exposición al sol y la humedad también contribuyen al desgaste del que hablamos. 

Como todo, la mejor forma de mantener estos materiales es su buen cuidado, por lo que se recomienda guardarlo en una bolsa acolchada y evitar aplicar cualquier tipo de disolvente o adhesivo.

En el caso de sufrir algún golpe, es imprescindible proceder a su cambio, a pesar de que tenga un buen aspecto externo, ya que, en el caso de volver a sufrir algún accidente, es probable que el casco ya no cumpla con su función y suframos una lesión más fuerte. 

Los gustos y los presupuestos pueden variar, pero lo más importante es que seamos conscientes de que el casco es un elemento imprescindible para la práctica de este deporte y que toda compra, más que compra, será una inversión destinada a nuestra seguridad.

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